En Disney, los horarios son muy flexibles, lo mismo tienes open y empiezas a las 7am, que tienes una superclose para un evento y entras a las 17h, o tienes un horario «mid» y tu jornada empieza a cualquier otra hora del día.
Pongamos que esta semana toca badger a las 10am.

Me levanto a las 8.15 am para prepararme y desayunar tranquilamente. Tengo un bus, un 34, a las 9.15 y tardo 15 minutos en llegar a Marne-la-Vallée, la estación de Disney. Desde allí, tardo otros 15 minutos hasta llegar a Imaginations.
Me dirijo hacia el primer control de seguridad, colocándome en la fila para «cast members only». Dejo mi mochila en la cinta y paso yo por el arco de metales, como en un aeropuerto. Aunque es un día cualquiera de febrero, esta entrada ya tiene unas colas muy largas. Me cruzo con guests que se preguntan por qué no pueden pasar por la corta cola de cast members.

Una vez superada esta primera barrera, llego a la zona situada delante del maravilloso hotel Disney, donde, como ya voy con prisa (siempre se va con prisa), no me paro a admirar la majestuosidad del hotel y estropeo varias fotos de turistas, haciendo como que no me he dado cuenta de que estaban ahí. Y, al fin, llego a la entrada al backstage.
Paso mi ID para desbloquear los tornos y estoy oficialmente en el backstage, en Castmemberland (el nombre es real), corriendo a Imaginations. Bueno, andando rápido.
Una vez allí, lo primero que hago es entrar en costuming para buscar las piezas del uniforme que me faltan, que en un día normal será la camisa y quizás el pantalón. Escaneo todo antes de salir y me dirijo a mi locker, a mi taquilla. Me cambio de ropa y, como no tengo tiempo de comprarme un bollo en la Brioche Dorée, me voy directamente a la base de mi puesto de mi trabajo, que está en Adventureland (andando rápido, no corriendo).
A lo largo de los meses que he trabajado en el parque, he ido conociendo y perfeccionando los caminos, con sus atajos y recovecos para evitar las zonas más concurridas. Paso por el parque e intento sortear a los guests, que acaban de entrar en el parque y ya están perdidos (y, por tanto, pueden entretenerme y hacer que emplee más de los 8 minutos de trayecto que me dan para llegar.
Llego a la base apenas dos minutos antes de la hora, espero y ficho. Seguidamente, nos reunimos quienes acabamos de llegar para hacer el briefing, una pequeña reunión con los team leaders o cast XP, en el que cuentan cómo va a ir el día, cómo fue el día de ayer, nos recuerdan algunas pautas importantes, cuántas personas se esperan en el parque, el tiempo… nos dicen a cada uno dónde estaremos y nos dividimos para trabajar.
Después de las horas de trabajo (incluyendo el tiempo de descanso correspondiente), vuelvo a fichar. Como ocurría al comenzar, vuelvo a pasar por el parque para dirigirme a Imaginations y esta vez el peligro de encontrarte con guests es que mi turno ya ha acabado y tengo sueño, hambre y ganas de quitarme los pesados zapatos de seguridad.
Pero me paro, respondo sus preguntas con una sonrisa, y continúo el camino con orgullo por mi acto solidario.
Y llego a Imaginations, voy a mi locker, me cambio, echo a lavar las prendas necesarias, con cuidado de quitar antes mi nametag (no quiero volver a ser Dominique) y, al pasar por la Brioche Dorée me siento atraída por sus aromas chocolatosos y azucarados y me compro un bollo.
Vuelvo a la parada de autobús para ir a descansar, o quizás salgo por Disney Village para tomar algo (probablemente Billy Bob’s, pero yo recomiendo cenar alguna vez en Earl’s Sandwich) o entro en el parque, esta vez como guest y sin mi sonrisa de cortesía, que los músculos de la cara merecen descansar. Aunque, si voy con amiguis, seguramente no descansarán.
Trabajar en Disney es duro, estés donde estés. Hay días muy aburridos porque hay pocos guests en el parque, y los pocos que hay no se paran donde tú estás, y días en los que hay tanta gente que no paras un segundo. Días en los que hace un frío horrible y te toca trabajar en el exterior, o con lluvia, y días con un calor impropio de París. Pero también hay días en que el tiempo acompaña, la gente está de buen humor y además te toca trabajar con tu collègue favorito. Hay muchos días buenos.
Eso sí, no hay día en el que no vuelvas con alguna historia divertida de un guest. Hay gente muy loca y muchos malentendidos causados por los diferentes idiomas. También hay guests maleducados o que ya llegan enfadados por malas experiencias en otros sitios, pero, por suerte, es una minoría. Pero tú siempre paciente y con una sonrisa. ¡Es el espíritu Disney!